Cuando nos disponemos a realizar nuestras compras, nos encontramos con una amplia gama de supermercados. Todos compitiendo por ofrecer los mejores productos y precios. Rara vez nos detenemos a pensar en la historia detrás de los nombres de estas tiendas, pero hay uno en particular con una historia peculiar.
Un supermercado que no lo dudó y que cambió su nombre original para poder sonar "más español" en nuestro país. ¿Puedes adivinar de qué supermercado es?
De entre todos los supermercados presentes en España, Carrefour es uno de los populares. Datos de Statista lo sitúan como el segundo con mayor número de ventas. Sin embargo, sus comienzos en España no fueron como imaginas.
De hecho la decisión inicial de Carrefour al llegar a nuestro país, fue algo sorprendente. Cambiar su nombre a uno más español para ocultar su origen francés.
La cadena de supermercados francesa llegó a España en 1973 y en un principio mantuvo su nombre original, muy conocido en Francia. Sin embargo, pronto cambiaron de parecer.
Carrefour optó por cambiar su nombre a Pryca, acrónimo de las palabras "Precio" y "Calidad", dos conceptos atractivos y poco explotados en ese momento.
Esta discreta empresa no atrajo mucha atención y finalmente se declaró en suspensión de pagos siendo liquidada en 1968, pasando desapercibida para la población española de ese entonces.
Algunos años después, un grupo francés en el que Carrefour estaba involucrado, llamado Promotora de Hipermercados, junto con la sociedad de almacenes Simago (perteneciente al grupo March), revivió la marca Pryca.
Así, aquellos que recuerdan ir a comprar a Pryca pueden no saber que esto fue el inicio de los grandes Carrefour que hoy en día encontramos en las principales ciudades.
En la década de los años ochenta, la empresa francesa decidió desvincularse del nombre Carrefour y renombró sus supermercados como Pryca y Continente. Para la década de los noventa, Pryca tenía más de cien locales en toda España.
Finalmente, en 1999, el grupo Carrefour se fusionó con el grupo francés dueño de Continente. Así, todos los supermercados resultantes pasaron a llevar el nombre de Carrefour, excepto algunos Pryca que tuvieron que ser vendidos para evitar una concentración excesiva de supermercados bajo el mismo grupo.
De esta forma, la marca Carrefour estuvo ausente en España durante unas dos décadas, hasta que en los años 2000 se reintrodujo como la marca global de la empresa de supermercados.
El nombre original en francés significa "cruce" o "intersección de calles", pero muchos españoles lo pronuncian incorrectamente debido a su desconocimiento de su origen. La pronunciación adecuada sería algo similar a "carfur", aunque es común escuchar "carrefur" o incluso "carrefú".
Este caso no es único en España, ya que otros supermercados también han adaptado sus nombres al mercado local. Alcampo, por ejemplo, es una marca creada específicamente para España por el grupo Auchan, que también es francés.
El nombre hace referencia al campo y a la amplitud de sus establecimientos, además de incluir un guiño al idioma catalán, ya que "al camp" significa "al campo" en catalán. Fundada en 1981, Alcampo ha experimentado un crecimiento constante y ahora cuenta con más de 300 tiendas en España.
Estos ejemplos ilustran cómo las empresas deben considerar las características culturales y lingüísticas de cada país al seleccionar sus nombres comerciales.
A veces, un cambio puede resultar beneficioso para acercarse al público objetivo, pero en otras ocasiones podría generar confusión o resistencia. Lo esencial es la capacidad de transmitir los valores y la calidad de la marca, independientemente de su origen.