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Las reservas fantasmas serán penalizadas a partir de ahora

Restaurantes penalizan las reservas fantasma: cobran 20 euros por persona

Se acabó la impunidad para quienes reservaban mesa en un restaurante y no acudían ni cancelaban. A partir de ahora, habrá conscecuencias

Los restaurantes comienzan a tomar medidas contras las denominadas reservasfantasma. Hablamos de esas reservas que hacen los clientes y que, finalmente, no acuden a su cita en el local. Al no cancelar la reserva con tiempo, el restaurante pierde la mesa, el beneficio y el cliente se va de rositas.

Pues eso se ha terminado. A partir de ahora, los clientes que no se presenten tras hacer una reserva, tendrán sanción. Y sí, será económica y considerable, toda vez que la faena que le hacen al local también lo es.

Imagina lo que sería no acudir a una reserva de un restaurante en España de 3 Estrellas Michelín con un menú de muchos euros. Está feo. Hablamos de un local donde cada menú vale 235 euros y no acudir les deja tiritando porque el coste de producción es altísimo.

Penalización a las reservas fantasma

¿Y cómo pretenden los restaurantes penalizar las reservas fantasma? Con un cobro de 20 euros por comensal. Así de sencillo. Obviamente, para hacer este cargo, deben tener la forma de hacerlo y en ello están.

A partir de ahora, muchos restaurantes solicitarán la tarjeta de crédito para confirmar la reserva. No se hará cargo alguno en ella, pero el local ya tiene los datos bancarios del cliente. Si este acude a su cita, sin problema, paga la cuenta y a correr.

Ahora, si no va a la misma, con los datos de la tarjeta, el restaurante le soplará 20 euros por persona. Así, si tienes una reserva para cuatro y al final no vas porque mandarinas, te va a costar 80 euros la broma.

Ojo, que podría ser peor, algunos restaurantes como DiverXO te cobran 365 euros, mientras que DStage, de Diego Guerrero, se va a 180 euros. Las cosas como son, hay clientes muy listos y esta práctica hacía perder mucha pasta al gremio.

Límite: 24-48 horas

Eso sí, que nadie piense que hacer una reserva en un restaurante ya implica la obligación de ir aunque estés con 40º de fiebre. No hay necesidad y, además, es repugnante. No te vas a presentar en la mesa reservada en pijama, con la manta y a pedir un caldo de pollo.

La mayoría de restaurantes dan un margen de 24 o 48 horas para poder cancelar la reserva. Tiempo de sobra para saber si va a pasar algo o no.

¿Y si pasa el mismo día? En ese caso, mala suerte. Pero el local no tiene la culpa de que hayas metido el pie en ese agujero y te hayas hecho un esguince, José Luis. Si eres torpe, es tu problema, no el de Dabiz Muñoz.

Así las cosas, se acabó el mamoneo que tenían muchos listillos que hacían varias reservas en una misma noche y luego elegían local definitivo. Eso, amigos, está muy feo. Y sí, lo podrán seguir haciendo, pero le va a costar más los locales a los que deje de ir que a los que vaya.